martes, 6 de septiembre de 2011

JUAN GUTENBERG





Nació en Maguncia, Alemania, en el año 1399 y poco se sabe de su vida. Desde joven se destacó por su entendimiento claro y gran capacidad inventiva. A la edad de quince años dedicóse a la experimentación del pulimento de piedras y a la fabricación de espejos. Poco después se consagró al trabajo de su vida. Tomó dos socios y empezó a trabajar como impresor; pero su idea era imprimir grabados; los tipos movibles no habían sido inventados aún.

  Su vida se interna en un período de misterio hasta que surge de nuevo para proseguir sus ensayos que habrían de llevarle a la invención de la imprenta.
  Regresó a Maguncia en 1446 después de veintiséis años de ausencia, y establecióse en una casa que formaba parte de las posesiones de su familia.
  Como ya había completado sus primeros trabajos sobre la imprenta, inició su labor haciendo cada letra por separado. Si necesitaba cien copias de la letra A, poníase a trabajar y grababa cien veces dicha letra en otros tantos trozos de madera. Pero las letras de madera no podían durar mucho tiempo, a causa de su poca resistencia a la presión.
  Entonces Schoeffer, obrero muy hábil que Gutenberg había contratado, grabó la letra en el extremo de un trozo de metal y esta letra le sirvió de modelo para hacer con el punzón un molde en un metal más dúctil. Esta colaboración no quita méritos a Gutenberg, ya que la gran idea de crear tipos movibles le pertenece por entero, aunque la ejecución de los detalles se deba a Schoeffer, que era, precisamente, el hombre que entonces necesitaba. Gutenberg había resuelto imprimir una copia de la Biblia y mucho tiempo y dinero le llevó tal empresa.
  En el año 1455, el inventor de la imprenta presentó al mundo el primer libro impreso: la Biblia, en lengua latina, encuadernada en dos grandes tomos. Todos estaban de acuerdo en que "era tan claro como un manuscrito"; y que la imprenta de Gutenberg ofrecía las ventajas de imprimir muchos ejemplares a la vez, resolviendo el problema del costo y del tiempo, ya que el trabajo se hacía mucho más a prisa.
  Trece años después de entregar a la humanidad su maravilloso invento, murió Juan Gutenberg; y cerca de cuatro siglos más tarde, los ciudadanos de Maguncia erigieron una estatua a su memoria.
  Otros prestigiosos inventores continuaron y perfeccionaron aquella primitiva imprenta. A él se debe la liberación del pensamiento escrito y que actualmente no existan libros encadenados como en la época en que siendo tan escasos y costosos, colocábanse muchas veces, en las catedrales, ejemplares para el público, asegurándolos con cadenas para que no los llevasen, según lo atestigua una fotografía de los libros existentes en la catedral de Hereford.





Juan Cromberger
Jácome (o Jacobo) Cromberger estableció su imprenta en Sevilla en 1500 y más delante una sucursa en Lisboa y Evora. En 1525 se propuso ir en persona o, enviar un representante a Nueva España. Pero, la opción de ir no fue posible pues les estaba prohibido a los extranjeros ir y ejercer el comercio en el Nuevo Mundo, así hubo que solicitar la autorización del monarca para una real cédula; en este caso Cromberger fue invitado a establecer una imprenta en Nueva España por el obispo Zumárraga y por el virrey Mendoza. Con este permiso dado en 1537, su hijo, Juan Cromberger inició sus operaciones con México. En junio de 1539, Juan Pablos firmó un contrato para servir como cajista y administrador de la "Casa de Cromberger" en México. También en 1539, le fue extendido a la casa de Cromberger un privilegio (o sea un monopolio) por los obispos de Nueva España y éste fue visto y aprobado por el Virrey y la Real Audiencia. 
Murió Juan Cromberger en Septiembre de 1540.




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